Cada día se está haciendo más difícil alquilar un piso en España, y esto, como consecuencia de que los propietarios ponen mayores condiciones para conseguir un inquilino.
Buscando a toda costa a ese buen inquilino, los caseros han optado por incrementar los precios y los avales para asegurarse en el alquiler.
Así tenemos que, los propietarios han establecido mayores exigencias, a fin de poder entregar las llaves de sus casas, no sin antes advertir que la situación se irá a más con la proyectada Ley de Vivienda.
En un futuro, la Ley de Vivienda obligará a los grandes propietarios a bajar los alquileres y a congelar los precios a los particulares.
Como ejemplo, en el anuncio de un portal inmobiliario establecía lo siguiente para alquilar un piso: tres meses, correspondientes a entrada, fianza y agencia, mientras que los ingresos de los inquilinos y/o avalistas en su totalidad, deben ser mínimo por encima de 2.500 euros.
De esta manera, los caseros empiezan a tomar acciones, con el fin de protegerse ante los cambios anunciados por la norma recientemente aprobada por el Consejo de Ministros.
Han afirmado sentirse “criminalizados” con la Ley de Vivienda, razón por la cual buscan blindarse con cierta estabilidad para sus rentas futuras, aun cuando sea sacado de los bolsillos de los arrendatarios en la actualidad.
En pocas palabras, los propietarios suben los precios y no les preocupa esperar más meses por un inquilino que pueda pagar el piso.
Con ello, se cubren además ante la congelación en el caso de mantener el contrato más años, según lo establecido en la Ley de Vivienda, según ha dicho Antonio Carroza, presidente de Alquiler Seguro, quien ratifica que es una tendencia que se repite en oficinas de la compañía.
Las garantías y la vulnerabilidad de las familias cobran mayor importancia, ante la probable regulación de alquileres.