Si está rumiando un pensamiento oscuro tras otro sin razón aparente, puede estar sufriendo el TAE, un trastorno del estado de ánimo o depresión, que afecta a 1 de cada 5 personas a lo largo de su vida. Y para ello no necesitas necesariamente medicación: aquí tienes métodos alternativos con resultados probados.
Se están estudiando nuevos tratamientos, como las herramientas digitales, pero también la química, gracias a sustancias psicodélicas como el LSD o la ketamina, que modificarían por completo la forma de tratar a los pacientes.
Sin embargo, aunque los tratamientos siguen basándose principalmente en los antidepresivos y la atención psicológica, en general no se recomienda la medicación como tratamiento de primera línea para la depresión leve o moderada.
Aunque los antidepresivos son muy eficaces para tratar la depresión grave, sólo funcionan en un tercio de los casos de depresión leve o moderada.
Terapias alternativas para curar la depresión
Otras terapias están reconocidas como eficaces por la ciencia. La luminoterapia, conocida desde el siglo XIX por sus numerosos beneficios sobre la psique humana, ha vuelto a la carga gracias a un equipo de investigadores que demuestran su eficacia en el tratamiento de la depresión estacional (depresión ligada a la bajada de la luz en otoño e invierno) y de la depresión moderada a grave.
El estilo de vida también debe revisarse a menudo en los pacientes deprimidos para reducir los factores depresivos, a menudo ambientales, como el estrés o la mala alimentación.
La reducción del alcohol, la disminución del café, la actividad física, la relajación y la meditación, así como el enriquecimiento de la dieta con frutas, verduras, pescado, aceites vegetales y cereales integrales pueden tener un efecto real sobre los pensamientos oscuros.
Depresión y funcionamiento del cerebro
También se sabe que la depresión afecta directamente al funcionamiento del cerebro. Mientras que, en una persona sana, los cambios de humor se regulan de forma natural para devolverlos a un estado de equilibrio general, en una persona deprimida esta regulación ya no se realiza correctamente.
Utilizada para tratar varios tipos de enfermedades (dolor crónico, estrés postraumático, CAT, alucinaciones auditivas, etc.), la EMT (estimulación magnética transcraneal) es un «tratamiento funcional de la depresión», es decir, se dirige directamente al funcionamiento de los tejidos que producen neurotransmisores y favorece su secreción natural».
De la corriente psiquiátrica han surgido otras formas de terapia, como la TCC (terapia cognitivo-conductual) o la EMDR (Desensibilización y Reprogramación por Movimientos Oculares), que se centran en la brevedad y la proactividad del paciente.
En definitiva, el método más recomendado por el mundo médico es el de combinar enfoques terapéuticos (psicológicos, farmacológicos y sociales) con el objetivo de evitar las recaídas, muy recurrentes en los pacientes que sufren esta enfermedad.
La idea no es prescindir totalmente de la medicación: en algunos casos, sobre todo los más graves, es más que útil. En otros casos, sin embargo, podrían perfectamente evitarse, o al menos combinarse con otros métodos para reducir su dosis.
Terapia de luz
La luminoterapia es conocida desde el siglo XIX por sus numerosos beneficios para la psique humana. Se ha demostrado su eficacia en el tratamiento de la depresión estacional y de la depresión moderada a severa.
Por ello, se considera una alternativa real en el tratamiento de los episodios depresivos graves. Se dice que se cura mucho más rápido que los antidepresivos. En lugar de una media de seis meses de tratamiento con antidepresivos, bastan de seis a ocho semanas de fototerapia.
Vida sana
Puede parecer una tontería, pero en el caso de una depresión leve, los institutos de salud recomiendan que los médicos sugieran a sus pacientes que cambien sus hábitos. De hecho, los factores depresivos suelen ser ambientales, como el estrés o una mala alimentación.
Reducir el alcohol, disminuir el consumo de café, practicar actividad física, relajación y meditación, pero también enriquecer la dieta con frutas, verduras, pescado, aceites vegetales y cereales integrales puede tener un efecto real sobre los pensamientos oscuros.
Estos alimentos son ricos en ácidos grasos esenciales, vitaminas, selenio, zinc y hierro. Las carencias de ellos pueden influir en la rumiación de pensamientos oscuros. También se ha establecido claramente la relación entre la depresión y el consumo de tabaco y alcohol.
Probióticos y otros suplementos
Como hemos visto anteriormente, una dieta de mala calidad puede ser un factor depresivo. Pero equilibrado y enriquecido, también puede ser un verdadero aliado en la recuperación. Los efectos beneficiosos de ciertos complementos alimenticios sobre la depresión: una familia de ácidos grasos, omega-3, vitamina D y metilfoato (una forma de vitamina B9).
El vientre, nuestro «segundo cerebro», está directamente relacionado con el primero a través del sistema inmunitario. Hay un vínculo cada vez más convincente entre la microbiota y las enfermedades psiquiátricas.
Por eso se recomienda cuidarlo, tomando por ejemplo probióticos, que favorecen la presencia de bacterias «buenas» en nuestra flora intestinal.
Del mismo modo, los complementos alimenticios aumentarían la cantidad de uno o incluso dos neurotransmisores clave: la serotonina y la noradrenalina. En efecto, el 95% de nuestra serotonina procede del intestino.