Agobiados de tanta cuarentena, restricciones y muchas privaciones debido al coronavirus, los asiduos noctámbulos madrileños, mayormente jóvenes, así como los dueños de locales nocturnos, están pidiendo a la presidenta de la Comunidad de Madrid recuperar las pistas de baile hasta las dos de la madrugada.

Desean, entre otras cosas, que Ayuso aplique el «modelo andaluz» y alargue por más tiempo la apertura de los locales de ocio y el jaleo de la noche madrileña hasta la madrugada y que puedan retornar las luces de neón, los bailes y la recuperación económica de este sector tan afectado durante la pandemia.

Sobre esto, los empresarios no han vacilado en afirmar que, los «lateros» en la actualidad son los proveedores del alcohol que se consume, en tanto que los locales y sitios «reglados»  y los bares se mantienen cerrados desde hace unos 15 meses pandémicos.

Para que este deseo se convierta en una realidad muy pronto, el sector ha presentado al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso un plan de recuperación de sus actividades  de manera, » segura, sensata y responsable».

En este sentido, han explicado  que el plan comprendería una primera fase la cual pasaría  por aplicar el modelo andaluz, es decir, apertura hasta las dos de la mañana y la recuperación de la pista de baile con medidas de seguridad.

Vicente Pizcueta, portavoz de Noche Madrid ha dicho entre sus argumentos para la operatividad de esta fase,  «Nosotros lo que planteamos es una desescalada progresiva para que los horarios vayan respondiendo a la supresión del toque de queda», enfatiza.

A pesar de todo, el sector tiene sus esperanzas puestas en el Certificado Digital Covid  que emitirá la Unión Europea, tal y como  lo ha anunciado por el Gobierno de España  y que entrará en vigor a partir del 1 de julio.

Este certificado se trata de un documento que, mediante código QR, proporcionará información sobre si su titular está vacunado, ha pasado la enfermedad generando anticuerpos o tiene un resultado negativo de una PCR

De este modo,  los empresarios consideran que es una solución factible si se hace de «manera controlada» aunque suponga «un esfuerzo y una responsabilidad», como alternativa  única  de «salvar» a uno de los sectores más afectados por la crisis del coronavirus.