Symphony, un proyecto de realidad virtual itinerante cuenta con Gustavo Dudamel y 101 músicos de 22 países
Los dos enormes remolques blancos que se encuentran entre el Palacio Real y el Teatro Real en el centro de Madrid forman un par de portales poco probables para un universo de posibilidades visuales y auditivas ilimitadas. Pero salga de la llovizna de diciembre y al entrar se encontrará con un violín, sentado en una orquesta ante uno de los directores más famosos del mundo y bañado en un torrente de imágenes lisérgicas, todo ello con las cepas de Beethoven, Mahler y Leonard Bernstein.
Después de cuatro años y los esfuerzos de 250 personas – entre ellos los del director y violinista venezolano Gustavo Dudamel – Symphony, una película de realidad virtual destinada a llevar la música orquestal a una nueva generación de oyentes, ha terminado por fin de afinarse.
Los detalles
La película está dividida en dos secciones de 12 minutos. La primera, que se proyecta en una pantalla gigante, sigue a tres jóvenes músicos de España, Estados Unidos y Colombia mientras practican sus instrumentos y se mueven por paisajes sonoros que van desde la costa mediterránea hasta las calles de Nueva York y una granja de café en una ladera de una montaña tropical.
En el segundo, se invita a los visitantes a entrar en el otro trailer, se les da un auricular de realidad virtual y se les insta a que se despidan de sus sentidos. Las luces se encienden para revelar la Orquesta de Cámara de Mahler en el escenario del Gran Teatre del Liceo de Barcelona – de la que de repente formas parte. Ante usted se encuentra un Dudamel efervescente, moviéndose y señalando su camino a través del primer movimiento de la Quinta Sinfonía de Beethoven.
A partir de ese momento, la película se aleja aún más de la realidad, sumergiendo a los visitantes en un mundo virtual psicodélico de intrincadas orquídeas, estrellas distantes y galaxias en movimiento. La siguiente parada es un taller de luthería, donde el espectador queda atrapado dentro de un violín y luego vuela a través de las partes constitutivas de una trompeta.
Después de un desvío por un bosque lleno de fuegos artificiales y la afirmación de Dudamel de que los sonidos de la madera y el metal no son nada sin la presencia de una verdadera alma, se le devuelve a su asiento en la sala de conciertos de Barcelona y, finalmente, a una realidad bastante decepcionante.
La realidad virtual de la Sinfonía
«El punto fundamental es usar la tecnología como un recurso para conectar a la gente con la esencia de la música – para acercarlos un poco más a todo visualmente», dijo Dudamel. También queremos mostrar a la gente la intimidad del acto musical – desde los sonidos más elementales, como la cacofonía diaria de ruidos que escuchamos – hasta una de las más grandes orquestas del mundo tocando en una de las más bellas salas de conciertos del mundo. Es una experiencia total y una experiencia única».
Disponible en Madrid
El proyecto, una colaboración entre la Fundación Dudamel y la Fundación La Caixa, es de libre visita y estará en Madrid hasta el 19 de enero. Después de eso, comenzará una gira de 10 años por 100 pueblos y ciudades de España y Portugal. La sinfonía estaba originalmente prevista para debutar en abril, pero, como tantas otras cosas, fue retrasada por la pandemia. El primer indicio de problemas llegó en enero, cuando las computadoras y los auriculares no llegaron desde China.
El distanciamiento social se observa estrictamente en los remolques y los asientos, auriculares y cascos se desinfectan cuidadosamente después de cada uso. «Queremos que la gente se sienta cómoda y esperamos que cuando el público venga a ver la Sinfónica, pueda olvidarse -por lo menos durante 40 minutos- del virus que no nos deja vivir», dijo Elisa Durán, subdirectora general de la Fundación La Caixa.
Un poema visual
Igor Cortadellas, que dirigió las dos películas, compara el proyecto con «un poema visual que fue hecho por más de 250 personas». Pero a pesar del talento de todos los involucrados, Cortadellas admite estar preocupado por la forma exacta en que el poema sería escrito.
La inspiración eventualmente vino de las estrellas o, más prosaicamente, de algunos artículos de los 70 sobre la NASA. «Cuando enviaron las sondas Voyager 1 y Voyager 2 al espacio para intentar conectar a la humanidad con cualquier civilización alienígena, incluyeron un compendio de ruidos de la Tierra: truenos, el sonido del mar y el canto de los pájaros», dijo. «También había música, incluyendo el primer movimiento de la Quinta Sinfonía de Beethoven. Esas dos cosas muy simples – la música de la naturaleza y la música de Beethoven – fueron mis puntos de partida».
Dudamel también espera que la Sinfonía tenga éxito en hacer el primer contacto con los jóvenes, que ven la música clásica como una entidad prohibida, alienígena y enrarecida.
«La gente a menudo piensa que la música clásica es muy seria y rigurosa», dijo. «Pero queremos que la gente disfrute de la experiencia y que sea un primer paso, una primera conexión, para que una nueva generación pueda vivir la música y entenderla y sentir que les pertenece».