Una salsa que sirve para acompañar cualquier tipo de plato es, sin duda alguna, la salsa de tomate. Gracias a su increíble versatilidad y a su delicioso sabor, esta exquisita salsa permite agregarle un toque especial a cualquier receta.
La salsa de tomate es ese ingrediente que se ha convertido en un pilar fundamental de la gastronomía moderna mundial, pues es utilizada en una cantidad de platos inimaginable.
Posee una versatilidad, un sabor intenso y una facilidad de preparación que la convierte en un ingrediente que no puede faltar en varias comidas, que van desde las pizzas y pastas hasta guisos e incluso otras salsas.
Ingredientes básicos de la salsa de tomate
Si bien es posible encontrar una gran diversidad de tipos de salsa de tomate en el mercado, conocer qué ingredientes se utilizan y el proceso de preparación siempre es bueno por si decides hacer la tuya de forma casera.
El ingrediente base es el tomate, y lo recomendable es utilizar los que estén más maduros y jugosos. Normalmente, suele prepararse con cebolla y ajo, pues estos ingredientes le aportan profundidad, textura y un toque de dulzura a la salsa.
De forma opcional también se le pueden agregar diferentes hierbas aromáticas como albahaca, orégano o tomillo, para realzar el sabor de salsa.
Tampoco pueden faltar los sazonadores básicos como lo son la sal y pimienta, los cuales son esenciales para conseguir que tu salsa de tomate tenga el mejor sabor posible.
Preparación de la salsa
Ahora que ya conoces cuáles son los ingredientes necesarios, es momento de empezar la preparación de la salsa de tomate.
Puedes comenzar lavando y picando o triturando los tomates. Luego, sofríe la cebolla y el ajo en aceite de oliva hasta que la cebolla esté transparente y el ajo libere su delicioso aroma.
Posteriormente, debes incorporar los tomates picados o triturados a la olla y sazonar con sal y pimienta al gusto. Cocina la mezcla a fuego lento durante 30 a 45 minutos y remueve ocasionalmente con una cuchara.
Si lo deseas, puedes agregar las hierbas aromáticas de tu preferencia unos minutos antes de finalizar la cocción para realzar el sabor de la salsa.
Finalmente, solo queda servir y disfrutar de esta deliciosa salsa de tomate, bien sea como acompañante de tus platos favoritos o como base para otras preparaciones.
Variaciones y usos de la salsa de tomate
La salsa de tomate es una de las más versátiles que existen, y esto se debe en gran parte a las diferentes variaciones que existen.
Las puedes encontrar dulces, picantes o incluso ahumadas según las especias que se utilicen en la preparación.
Para sabores más herbáceos se pueden incorporar todo tipo de hierbas aromáticas, y para jugar con el sabor y la textura se le pueden agregar diferentes vegetales como zanahorias, pimientos y champiñones.
Gracias a esta gran variedad de sabores, es posible utilizar la salsa de tomate en diferentes platos y preparaciones, el mayor ejemplo de esto son las pizzas, lasañas y pastas.
También es utilizada como acompañamiento de carnes, verduras, o albóndigas e incluso como dip para snacks como las papas fritas.
En cuanto a su diferencia con otros productos hechos a base de tomate, se debe mencionar que la salsa de tomate es líquida y es ideal como base líquida para agregar otros ingredientes, como sopas, guisos, chiles y otras salsas.
En cambio, el tomate en pasta es espeso y rojo brillante hecho exclusivamente de tomates. Es la forma más concentrada de tomate, con menor cantidad de agua.
Beneficios de la salsa de tomate
Más allá de ser un acompañante delicioso, esta salsa cuenta con una serie de beneficios para nuestro organismo. Es una fuente rica en vitaminas C y A, lo que refuerza nuestro sistema inmunológico y promueve la producción de colágeno.
También cuenta con potasio y fibras, favoreciendo la digestión y regulando la presión arterial.
Además, si decides preparar tu salsa de forma casera, tendrás la ventaja de que de esta forma los tomates conservan una gran parte de los nutrientes, mientras que otros tipos de productos de tomate procesados los pierden.