Luego de tres meses de actividad, el volcán de La Palma detuvo las continuas erupciones y lució este miércoles en aparente calma, sin embargo los científicos y vulcanólogos pidieron prudencia a la comunidad que, finalmente dejó de escuchar sus erupciones.
El volcán Cumbre Vieja, ubicado en la isla canaria de La Palma entró en actividad desde el pasado 19 de septiembre y a la fecha, según los científicos, presenta signos de agotamiento en los parámetros de sismicidad, deformación tremor y dióxido de azufre, los cuales indican un descenso.
A pesar de ello, los científicos han advertido que todavía habrá que esperar entre cinco y siete días para confirmar si se trata del principio del final de este proceso volcánico de Cumbre Vieja, quienes en un estimado de dos semanas certificarían su “defunción”.
De acuerdo a lo expuesto por los investigadores, el cráter del volcán dejó de emitir lava, las vibraciones provocadas por el magma en el edificio volcánico o tremor están en cero, en tanto que la emisión de dióxido de azufre es prácticamente nula, según ha confirmado el Instituto Volcanológico de Canarias.
De igual modo, la sismicidad, a nivel intermedio como la profundo, se mantiene baja, a pesar de que se siguen detectando terremotos de muy baja magnitud.
Más a fondo, Rubén López, vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional, Rubén López, aseguró antes de conocerse el desplome de la emisión de gases que «todo son buenas señales, una sismicidad muy baja, aunque haya terremotos son muy pequeños», con una deformación del terreno que no es «reseñable» y el nivel del tremor en cero actividad «desde hace más de 24 horas».
También el Instituto Geográfico Nacional señaló por vez primera en su informe diario, que no se aprecia «ningún tipo de emisión» en el cono del volcán, solo se observan fumarolas.