Hola, me llamo Diego y tengo 17 años. Desde que era pequeño, he sentido una fascinación casi mágica por las construcciones antiguas, y el acueducto de Segovia siempre ha sido para mí un verdadero gigante de la historia y la ingeniería. Cada vez que camino bajo sus imponentes arquerías, siento que estoy transitando por un portal del tiempo, donde la historia se mezcla con la técnica y el arte de la arquitectura.
Múltiples vidas
Lo que más me intriga del acueducto es su capacidad para contar historias de transformación. Originalmente concebido como una obra de ingeniería romana, sus arquerías no han permanecido inalteradas a lo largo de los siglos. Durante la Edad Media, el acueducto dejó de funcionar y, a partir de ese momento, fue intervenido en diversas épocas: en el siglo XV, en el XVII y de nuevo en el XIX. Cada una de estas intervenciones dejó su huella, reconstruyendo partes importantes del canal y añadiendo decantadores que, hoy en día, son testigos de la adaptación de técnicas constructivas a nuevas necesidades.
Esta sucesión de obras me hace reflexionar sobre el concepto de “originalidad”. La estructura que admiramos en nuestros recorridos turísticos es, en gran parte, fruto de múltiples renovaciones. La captación del agua, el canal y muchas de las arquerías fueron modificados, utilizando materiales y métodos de construcción muy distintos a los utilizados por los romanos. Para mí, como futuro arquitecto, esto representa un reto apasionante: descifrar, mediante un análisis minucioso de las marcas constructivas, el tipo de piedra y la disposición de los sillares, cuáles son esos elementos que verdaderamente pertenecen a la época romana.
Cartela central
Otro enigma fascinante es la famosa cartela central, pieza clave que los expertos han estudiado durante años para datar el acueducto. La interpretación epigráfica de este elemento ha generado tantas dudas como respuestas, y a pesar de los análisis técnicos y comparativos, la atribución temporal de la obra sigue siendo materia de debate. Este misterio no solo añade un aire de intriga, sino que también me impulsa a profundizar en el estudio de la historia y la técnica, con la esperanza de algún día aportar mi granito de arena a la resolución de estos enigmas históricos.
Entre la técnica y la emoción
Cada visita al acueducto de Segovia es una experiencia educativa y emotiva. No solo se trata de admirar su belleza monumental, sino de entender la ingeniería detrás de cada arco, de apreciar la combinación de funcionalidad y estética en cada detalle. En un recorrido por la ciudad, además de recorrer las antiguas calles que guardan secretos centenarios, se puede observar cómo el acueducto sigue siendo un símbolo de la identidad y el ingenio españoles. Este monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad, se ha convertido en un punto de encuentro entre la tradición y la modernidad, una fuente inagotable de inspiración para todos los jóvenes apasionados por la arquitectura.
Una carrera
Al salir del bachillerato, estoy convencido de que la arquitectura es mi camino para ser productivo y contribuir al desarrollo de España. Quiero aprender a fusionar la técnica con la creatividad para diseñar espacios que no solo sean funcionales, sino que también transmitan historias y emociones. El acueducto de Segovia me enseña que la arquitectura no es estática; es un diálogo continuo entre el pasado y el presente, entre la técnica y el arte, entre la tradición y la innovación.
Compartir este conocimiento con mis compañeros y contemporáneos es mi manera de invitar a otros a descubrir el valor histórico y técnico de nuestras construcciones. Porque cada piedra, cada arco, y cada intervención a lo largo del tiempo es una lección viva que nos habla de la capacidad humana para transformar y preservar, para innovar sin olvidar nuestras raíces.
Este viaje personal y académico es mi forma de honrar el legado de nuestros monumentos históricos y de soñar con un futuro en el que la arquitectura siga siendo una herramienta fundamental para construir un país lleno de historia, cultura y creatividad.
¡Vengan y descubran conmigo el fascinante mundo de la ingeniería y el arte en cada rincón de Segovia!